Los pasivos de Sedapal afectan a miles de vecinos de Lima

Los vecinos de la cooperativa Los Chancas en el distrito de Santa Anita solo quieren agua. A fines de la década de 1980, los vecinos financiaron, con sus propios recursos, la instalación de tuberías. Durante más de 20 años, solo tuvieron agua y desagüe por cuatro horas al día. Recién, en 2017, Sedapal acordó ampliar su servicio las 24 horas del día.

En 2019, los mismos residentes exigieron el cambio de las obsoletas tuberías; sin embargo, Sedapal respondió que no contaba con el presupuesto.

“Es tiempo de que inviertan. Ya han cobrado por tanto tiempo”, reclama José Paredes, dirigente de la cooperativa Los Chancas de Andahuaylas.

No obstante, el proyecto de mayor envergadura en los distritos de Santa Anita y El Agustino (Esquema Los Chancas - La Encalada) fue cancelado el 11 de octubre de 2022 por Sedapal, responsabilizando a la entidad de las Naciones Unidas encargada de la administración de proyectos: Unops.

“No sé exactamente en qué había quedado el proyecto”, señaló José Paredes. “Desde 2014 o 2013 se habló de ese proyecto, pero hasta ahora no se ha hecho una realidad”.

Inicialmente, la obra, valorizada en casi S/132 millones, fue adjudicada al Consorcio ARI. Pero nunca se llegó a firmar el contrato.

El informe ejecutivo de Sedapal señala que el consorcio estaba integrado por empresas con “serios cuestionamientos” como Benito Roggio e Hijos S.A. Sucursal del Perú, cuya casa matriz es investigada en el ‘Cuadernogate’ de Argentina, un caso que evidenció la corrupción en licitaciones de obras públicas durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015). ¿Cómo llegó esa compañía a Sedalpal? Unops la trajo.

Entre 2005 y 2015, el Estado peruano invirtió 3 mil millones de dólares en obras públicas para expandir el acceso a servicios de alcantarillado a nivel nacional, según Antonella Bancalari, autora del estudio “¿Pueden los elefantes blancos matar?”. El 80% de las obras iniciadas durante ese periodo fueron paralizadas al menos un año, y muchas indefinidamente, indica el estudio del Institute for Fiscal Studies (IFS), un centro de investigación líder en el Reino Unido.

El agua que no llega

El 1 de febrero de 2022, Geiner Alvarado, titular del Ministerio de Vivienda (MVCS), destinó S/1,800 millones para 10 obras de saneamiento. Entre ellas, la obra de Santa Anita y El Agustino, y otros tres proyectos de Sedapal que están estancados desde hace casi 11 meses debido a un recorte presupuestal y adjudicaciones otorgadas a consorcios cuestionados que perjudicaron los procesos de licitación.

Los cuatro proyectos, que requieren una inversión de S/1,215 millones, contaban con el financiamiento y aprobación de Sedapal. Sin embargo, el MVCS decidió gestionar directamente dos de las obras a través de su Programa Agua Segura para Lima y Callao (PASLC) debido a los problemas presupuestales en Sedapal.

“Las transferencias obedecen, básicamente, a que Sedapal presenta algunos inconvenientes para el financiamiento de obras de gran envergadura como estas”, respondió el MVCS a Perú21.

La obra del distrito de Ventanilla en el Callao, valorizada en S/615 millones, pertenecía inicialmente a la cartera de Sedapal e incluso había sido adjudicada en una primera oportunidad en mayo de 2022, pero se canceló la licitación. Unops volvió a designar ganador, y esta vez fue el Consorcio Mi Perú (integrado por China Railway 10), el 12 de enero de 2023. Pero el 2 de febrero, Sedapal le notificó al Consorcio que no se suscribiría el contrato.

El directorio de Sedapal, liderado por Fernando Piscoya, decidió no solo no financiar el proyecto, sino también deslindarse (del anterior directorio de la época de Pedro Castillo) “de responsabilidades por haber convocado un proceso de selección (…) sin contar con el financiamiento asegurado”, y encomendar el financiamiento al MVCS.

Curiosamente, semanas antes de la cancelación de la licitación, Sedapal anunció que no le podía ir mejor. La entidad señaló que, al cierre de 2022, había invertido S/1,278 millones, alcanzando un récord histórico, y había obtenido S/403 millones en utilidades, que iban a ser reinvertidas en nuevos proyectos.

¿Qué cambió del 12 de enero, día de adjudicación de la obra, al 2 de febrero, fecha en la que se canceló la licitación? La gestión de Sedapal.

Hasta el 30 de enero, el directorio fue presidido por Augusto Eguiguren. En 2022 también se desempeñaron como directores Luis Martín Mesones, exesposo de la encarcelada Sada Goray, y Salatiel Marrufo, exasesor del Ministerio de Vivienda.

Entonces, ¿por qué Fernando Piscoya advirtió un recorte presupuestal tres días después de asumir la presidencia de Sedapal? ¿Por qué la anterior gestión de Sedapal decidió incrementar el monto de inversión de la obra de Ventanilla en cuatro oportunidades, de S/529 millones a S/615 millones?

¿Por qué Sedapal firmó convenios con la oficina de las Naciones Unidas para licitar las obras públicas de Ventanilla y de Villa María del Triunfo y Lurín (Esquema 315 José Gálvez – Villa Alejandro) sin contar con el financiamiento?

Hasta el cierre de edición, Sedapal no respondió ninguna de las consultas enviadas por este diario.

En junio de este año, los vecinos de los distritos de Comas e Independencia protestaron afuera del Ministerio de Vivienda, exigiendo la reactivación de una obra valorizada en S/238.5 millones. Nuevamente, Sedapal respondió que no contaba con el presupuesto.

Tenga en cuenta

-Los proyectos de Ventanilla y de VMT-Lurín pertenecían a Sedapal, pero fueron transferidos al Ministerio de Vivienda en mayo de 2023 por falta de presupuesto.

-El Ministerio indicó que la licitación de ambas obras se inició el 4 agosto, y que las convocatorias se encuentran en etapa de absolución de consultas y observaciones.