Nadie anticipó ni El Niño Costero de 2017 ni el de 2023, señala el columnista. En la vista, Piura afectada por el Fenómeno El Niño de 2017. (Foto: GEC)
Nadie anticipó ni El Niño Costero de 2017 ni el de 2023, señala el columnista. En la vista, Piura afectada por el Fenómeno El Niño de 2017. (Foto: GEC)

El último informe del ENFEN respecto a las probabilidades de la magnitud de El Niño Costero y Global para el periodo diciembre – marzo, nos trae los escenarios probabilísticos de su magnitud.

En la costa peruana estamos en condición de magnitud fuerte desde abril inclusive. En el Pacífico central, donde medimos El Niño Global estamos en magnitud fuerte desde septiembre. Este último condiciona la posibilidad de deficiencia de lluvias en la sierra. Particularmente en el sur.

ENFEN ha sido muy conservador en pronosticar las condiciones de verano, manteniendo la posibilidad de Niño Fuerte muy baja hasta hace pocas semanas. Hoy, donde estamos viendo una lenta disminución de la magnitud de El Niño Costero desde agosto –donde ingresó por un corto periodo– en el ámbito del rango de El Niño Costero Extraordinario, ENFEN eleva la probabilidad de que la magnitud resultante entre diciembre y marzo sea 50% fuerte o mayor y 50% moderada o menor.

Hace exactamente lo mismo con El Niño Global.

Si bien es preocupante este escenario costero, el texto del informe señala textualmente lo siguiente: “Para el verano de 2024, considerando el escenario de lluvias, en el contexto de El Niño Costero, es probable la ocurrencia de lluvias por encima de lo normal en la costa norte y central, así como la sierra norte, principalmente; sin descartar lluvias intensas en estos sectores. Considerando el escenario de El Niño en el Pacífico central se prevé lluvias por debajo de lo normal en la región andina, particularmente en la sierra sur oriental.”

Ese texto es, básicamente, el mismo desde hace ya muchas semanas de pronósticos y no tiene mayor detalle o información para el gran público que poco o nada entiende de estos temas climáticos.

Ya sabemos que nadie anticipó ni El Niño Costero de 2017 ni el de 2023. Por su naturaleza, son eventos explosivos.

En el verano de 2016 entre diciembre y marzo el calentamiento fue de 1.66 °C lo que corresponde al límite entre El Niño Costero Fuerte y uno Moderado. No llovió en el norte. En el verano de 2017 entre diciembre y marzo el calentamiento fue de 1.06 °C lo que corresponde al límite entre un El Niño Costero Débil y uno Moderado. Llovió muy fuerte en el norte y toda la costa se afectó con huaicos. ¿Por qué en el más débil llovió más? Pues el mayor calentamiento estaba en el litoral y no mar afuera. A diferencia de 2016.

Así las cosas, será de máximo interés observar si la barrera que los vientos alisios costeros han venido presentando a El Niño Costero seguirá atenuándolo y como algunos modelos muestran, nos evitará el desastre; o si por el contrario, asistiremos a dos veranos seguidos de desastres que no recordamos en tiempos modernos.