Las grandes ciudades del norte no han experimentado lluvias clásicas de El Niño, señala el columnista.
Las grandes ciudades del norte no han experimentado lluvias clásicas de El Niño, señala el columnista.

Hace algo más de un mes en esta misma columna se destacaba el debilitamiento del Niño Costero en la única forma que hay de medirlo: la disminución de las anomalías de la temperatura del mar en toda la región del Océano Pacífico frente a nuestras costas donde se evalúa este fenómeno climático.

Para entonces El Niño Costero transitaba de una magnitud fuerte a una moderada. El factor predominante para que ello suceda ha seguido muy activo desde entonces. Este es el Anticiclón del Pacífico Sur; cuya naturaleza es la de ser el impulsor de los vientos que habitualmente soplan frente a nuestras costas, manteniéndola fresca a pesar de su condición geográfica tropical. El Anticiclón es el encargado de favorecer el afloramiento de aguas frías frente al litoral que inhiben las lluvias en la costa peruana.

Al ingresar a enero, el debilitamiento de El Niño costero ha continuado al extremo de disminuir su magnitud a la de un evento débil.

No obstante haber ingresado probablemente la más intensa Onda Kelvin cálida al borde costero sudamericano, el Anticiclón – indirectamente – facultó que su ingreso al continente haya sido débil y de poca importancia.

Ya le va quedando poco resto en aguas cálidas debajo de la superficie al extremo oriental del Pacífico ecuatorial; por falta de nuevas Ondas Kelvin cálidas relevantes, lo que terminará por debilitar y eventualmente disipar al evento costero, ya que los vientos se anticipan persistentes las próximas varias semanas.

A una semana de completar el primer mes de verano, salvo algunas esporádicas lluvias en la región Tumbes, no muy alejadas de lo que suele suceder en cualquier verano, las grandes ciudades del norte no han experimentado lluvias clásicas de El Niño. Ni mucho menos.

Hay una relación directa entre estas lluvias y el calentamiento del mar.

ENFEN acaba de confirmar en el pronóstico oficial que emiten nuestras instituciones científicas, que a lo sumo hasta febrero lo más probable es que se mantenga débil El Niño costero. De marzo en adelante, las condiciones neutrales o normales son las más probables. Lo novedoso en este último pronóstico es la creciente señal de una Niña Costera para los meses que le seguirán al verano.

No es raro este cambio. Ya lo hemos visto antes. De hecho, varios modelos climáticos están destacando el tránsito hacia La Niña hacia el otoño.

Queda por ver en las siguientes semanas el desempeño de las precipitaciones en todo el país. ENFEN señala que predominará una deficiencia en el tercio sur del país básicamente. Más allá de las lluvias, el calor y las temperaturas sobre lo habitual predominarán en la costa hasta que si disipe por completo El Niño.