Muchos (...) hubieran deseado ver al Niño Costero en todo su potencial. No va a suceder, señala el columnista. (Foto: GEC)
Muchos (...) hubieran deseado ver al Niño Costero en todo su potencial. No va a suceder, señala el columnista. (Foto: GEC)

Llegamos al verano. No es un verano cualquiera; es el verano que los agentes económicos han temido todo el año y que los interesados en el clima han esperado con ansiedad. Valgan verdades, muchos del último grupo hubieran deseado ver al Niño Costero en todo su potencial. No va a suceder.

Lo que se inició entre agosto y septiembre como una reaparición de los vientos costeros frente al litoral peruano producto del potenciamiento del sistema de presiones del Pacífico Sur o Anticiclón del Pacífico Sur, ha demostrado al último de los incrédulos; que cuando se trata de regir el clima costero quien manda es él.

El Niño Costero que en el tránsito entre noviembre y diciembre se convirtió en un evento moderado para dejar de ser uno fuerte, avanza firme a convertirse pronto en un evento débil.

Es por esa razón que diciembre no está produciendo ni lluvias en la costa norte ni aumento de los caudales de sus ríos. Contrario a lo que ya sucedía a fines de año de 1982 y 1997 por ejemplo.

De hecho, las aguas litorales y aquellas próximas a la costa han seguido su curso de normalización desde hace ya algunos meses como se explica más arriba.

Cierto es que ENFEN ha rebajado sus expectativas de lluvias sobre lo normal en la costa; limitándolas a la costa norte y dejando en claro que lluvias fuertes podrían ser la excepción y no la regla. El riesgo para la costa central —donde está Lima— ya no aparece ni en el informe de ENFEN ni en el pronóstico para el verano del SENAMHI.

Por otro lado, la esperada deficiencia de lluvias en la sierra sur y en particular en la cuenca del Titicaca no se ha materializado en lo que lleva de recorrido diciembre. Veremos cómo evoluciona la temporada en la sierra.

Finalmente, está el tema de las temperaturas. Si bien es cierto ya no parece razonable que los récords de temperaturas de Lima caigan el verano que ha empezado; si parece lógico, que por lo menos la primera mitad del verano venga más cálida que lo habitual. Eso será mucho más evidente lejos del mar que cerca de él.

¿Por qué uno diferenciaría la primera mitad del verano de la segunda? La razón de ello, es que modelos climáticos están mostrando que el proceso de atenuación de las anomalías o desviaciones de la temperatura del mar que ha experimentado el océano en nuestra proximidad, continúe inclusive en verano. Ello, al extremo de que la atenuación generalizada de El Niño que va a empezar a manifestarse desde el próximo mes en todo el ámbito del Pacífico (incluido El Niño Global) sea más rápida en El Niño Costero al extremo de que las aguas próximas a Perú se conviertan en más frías que lo habitual a partir de febrero según dichos modelos. El año 2024 podría ser un año frío en la costa.