El Niño Costero que llegó sorprendentemente a muy altas magnitudes en agosto, propias de un evento muy fuerte, y que no veíamos desde el Niño Extraordinario de 1997-1998, hoy está decreciendo, señala el columnista. (Foto: GEC)
El Niño Costero que llegó sorprendentemente a muy altas magnitudes en agosto, propias de un evento muy fuerte, y que no veíamos desde el Niño Extraordinario de 1997-1998, hoy está decreciendo, señala el columnista. (Foto: GEC)

La más reciente evolución de los vientos en la costa peruana, los mismos que son gobernados por un sistema de altas presiones que se ubica en el Pacífico Sur frente a Chile y que denominamos Anticiclón del Pacífico Sur, sigue mostrando un continuo flujo de viento desde el sur y frente a la costa, que está produciendo un marcado debilitamiento del calentamiento costero marino y que –consecuentemente– ha venido reduciendo las fuertes variaciones de temperaturas del aire que experimentó la costa hasta el mes de agosto.

Acercándonos a la quincena de noviembre, el Anticiclón del Pacífico Sur sigue impulsando vientos del sur en todo el ámbito del Pacífico frente a nuestras costas en una extensa área marina que llega inclusive hasta la línea ecuatorial.

Por esa razón, El Niño Costero que llegó sorprendentemente a muy altas magnitudes en agosto, propias de un evento muy fuerte, y que no veíamos desde el Niño Extraordinario de 1997-1998, hoy está decreciendo y se ubica en la parte inferior del rango de un evento fuerte.

De hecho, la totalidad de modelos climáticos muestra un continuo debilitamiento de cara al ingreso del verano. Ello, se traduce en perspectivas de lluvias para el norte, por encima de los valores normales, pero lejos de lo observado en el verano y otoño de 2023. Esos mismos modelos sugieren –además– que menores lluvias que lo habitual afectarían en verano a la sierra sur.

Se tratan, las estimaciones anteriores, de los resultados que están ofreciendo los principales modelos climáticos internacionales inicializados este mes de noviembre.

En respaldo de esto, y consultado por esta columna, el Ing. Nelson Quispe, especialista en meteorología sinóptica del Servicio Meteorológico Nacional, ha publicado las más recientes estimaciones de la intensidad del Anticiclón del Pacífico Sur para las siguientes 2 a 3 semanas. En ellas se observa que este sistema gestor de los vientos costeros del sur, que enfría el litoral, está además produciendo cambios que son manifestados en las capas superficiales del océano; estos cambios se traducen en frenar el ingreso de masas de aguas cálidas propias de El Niño comúnmente conocidas como Ondas Kelvin cálidas.

Así las cosas, un Niño crecientemente fuerte en el centro del Pacífico, que según la NOAA tiene más de 50% de mantenerse fuerte hasta el verano y, por otro lado, un Niño Costero atenuándose de nuestro lado, parece ser el más probable escenario con el que –según hoy entendemos– debiéramos llegar al verano.

Mientras más cálido mar afuera y más fríos en el litoral, mejor nos irá. No es un detalle menor que estemos pescando anchoveta estos días además.