No sorprende que se tome el camino fácil: el prohibir, cuando lo que se debería hacer es gestionar adecuadamente la Costa Verde y corregir el pésimo diseño vial que causa muchos siniestros viales, señala la columnista. (Foto: GEC)
No sorprende que se tome el camino fácil: el prohibir, cuando lo que se debería hacer es gestionar adecuadamente la Costa Verde y corregir el pésimo diseño vial que causa muchos siniestros viales, señala la columnista. (Foto: GEC)

Esta semana han sido varias las agresiones urbanas en la capital. Por un lado, hemos podido ver cómo un personaje se apropió por muchos años de un pedazo de parque público y lo cercó. Además, se ponía violento y agresivo con los ciudadanos que cometían –según él seguramente- la osadía de intentar disfrutar de ese espacio. Luego de las quejas en redes sociales y de un video que daba cuenta de su agresividad e inestabilidad, la municipalidad de Surquillo decidió tomar cartas en el asunto y retiró el cerco vivo para abrir el espacio a todas las personas. Sin embargo, es lamentable que hayan tenido que esperar hasta el escándalo público para tomar medidas, pues los vecinos de la zona venían quejándose al respecto desde hace muchísimo tiempo.

La Municipalidad Metropolitana de Lima, a través de su Gerencia de Movilidad Urbana, ha anunciado la prohibición de motos en la Costa Verde argumentando la existencia de una ordenanza que la determina como Vía Expresa. No sorprende que se tome el camino fácil: el prohibir, cuando lo que se debería hacer es gestionar adecuadamente la Costa Verde y corregir el pésimo diseño vial que causa muchos siniestros viales. Esta prohibición a las motos es más una demostración de su incapacidad para diseñar buena infraestructura vial y la renuncia a sus funciones de ofrecer vías seguras y en buenas condiciones. Pero, más aún, siguen consolidando a la Costa Verde como una autopista cuando lo que debería hacer es potenciar la misma como un gran espacio público. Pero eso ya es demasiado pedir.

El alcalde López Aliaga sigue dando tumbos intentando llevar adelante la locura del endeudamiento de la Municipalidad desacatando incluso las órdenes fiscales. Para colmo, esta deuda la quiere tomar para implementar por todos lados puentes y by-passes. Infraestructura que justamente para lo único que va a servir es para terminar de destruir la ciudad.

Por su parte, en el puerto del Callao no se quedan atrás. La Autoridad de Transporte Urbano (ATU) ha anunciado que, en el futuro cercano, el acceso al aeropuerto no será por la Av. Faucett, sino por Morales Duárez. El nuevo terminal del aeropuerto da hacia Morales Duárez, pero por esa zona, a la fecha, no hay líneas de transporte público de buses suficientes como para acercar a los pasajeros y trabajadores. Ojalá desde la ATU hagan una buena planificación de rutas y que estas se interconecten de manera apropiada con el Metro de Lima. La idea absurda de que al aeropuerto solo se llega en vehículo privado y, por ello, priorizan obras para autos debe ser desmontada. Nos merecemos un buen sistema de transporte conectado al aeropuerto.